Bienvenidos al primer proyecto de Lua. Como familia unida deseamos hacer realidad su sueño, y creemos que precisamente éste no es ni injusto ni descabellado.
Vivimos en una sociedad en la que a las mujeres nos enseñan a parir en el hospital. Dónde nos cuentan que esta es la mejor opción y la de menor riesgo. En cambio, la vivencia que tuvimos con nuestra primera hija no fue tal, y si quieres más detalles no dudes en leer este post.
Por eso mismo, tras el trauma que causó la separación durante cinco días con nuestra pequeña India, hemos decidido que en esta ocasión ibamos a ceder al llamado. Digo en esta ocasión porque con la primera ya nos planteamos parir en casa, el problema emerge cuando el sistema no contempla los gastos de esta gestión y la familia tiene que buscar dinero donde no lo hay (sí, somos una familia de trabajadores pagando alquiler en Barcelona... ya se pueden imaginar).
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Con el tiempo, como madre, me puse a investigar, la curiosidad sobre lo que pasó con India me podía... Así que me encontré con el término violencia obstétrica, y ahí fué cuando me dí cuenta de que no fui la única, ni seré la última en sufrir las calamidades de un sistema sanitario precario. No quiero etiquetar sólo al público... pues hay demasiada información tanto de mujeres como de profesionales que avalan que estas calamidades también se viven en el sistema sanitario privado (incluso siendo en éste más violentas).
Entonces mi pregunta se transformó en algo más profundo... ¿cómo hemos llegado a la omisión del momento más importante y personal de la mujer y su bebé? Aquí es donde empieza lo interesante. Resulta que nosotras, las mujeres, tiempo atrás nos reuníamos para parir. Éramos tribu, conocíamos nuestros cuerpos y su alcance. Todo ese conocimiento fué borrado a través de un potente movimiento social en el que se daba impulso al miedo, de esta manera las mujeres que poseían el conocimiento necesario para empoderar a otras fueron borradas del mapa (por suerte no todas). Y se implantó el sistema médico actual. En donde una mujer embarazada pasa de ser una mujer sana a una paciente. En donde sus deseos no son escuchados y su físico se manipula sin pudor alguno para sacar a la criatura de su interior. Por suerte, no todos los profesionales tienen el nivel de no sensibilación necesario para ser partícipes de este sistema.
Es ahí donde encontramos a matronas concienciadas, sabedoras de esos ancestrales rituales y del más actualizado estudio científico acerca del nacimiento. Doy gracias por que existan. Y gracias por su linda vocación. De esta manera, mujeres como yo, que hemos sufrido el paso de un mal atentido parto por el hospital, o mujeres despiertas que así lo desean, pueden parir en su casa, con la calma, la tranquilidad y la sensación de comfort que les aporta su hogar.
Porque es precisamente eso lo que necesita la mujer para parir: intimidad.
Parir en casa es ante todo una decisión. Una decisión tomada por la mujer, y también por su familia. Una vez llegados a este punto toca el momento de informarse sobre las posibilidades en su entorno local.
Para ello lo más importante es saber a cuánto tiempo se encuentra el hospital más cercano (en caso de emergencias) y escoger el equipo adecuado de profesionales para que asistan al maravilloso evento del nacimiento.
¿Cómo saber quiénes son las indicadas? Esta decisión alberga muchas variables: títulos, experiencia, proximidad, retribución... Para nosotras la crucial fué el feeling. Al tratarse de un momento tan íntimo es importante que puedas sentirte a gusto con las personas que os rodearán.
Nosotras hemos escogido a las matronas de La Flor de la Vida, Chiara&Gaia. Simpáticas gemelas con la misma vocación que nos han hecho sentir que sí podemos desde el primer momento.
Este proyecto va dirigido sobretodo a allegados de la familia. Personas que nos conocéis, que sabéis de que guisa somos. Algunos ya conocíais la historia de la llegada de India, otros no. Es normal, por lo general estas experiencias solemos guardarlas para la intimidad más profunda, pues suponen sentimientos demasiado potentes para poder ser expresados en un momento tan mágico y frágil como es la llegada de tu primer bebé.
De ahí la importancia de salir del armario. De expresar y buscar soluciones creativas a los problemas que nos afligen. Para nosotras un segundo parto hospitalario supone todo un mundo (en nuestro cerebro se activan memorias de que va a suceder lo mismo, aunque no acabara siendo así).
Ante ese escenario hemos decidido actuar, solucionar desde la armonía y aceptar con decisión y coraje el hecho de parir en casa. Sabemos que será todo un evento que recordaremos durante toda nuestra vida, por eso, si formas parte del proyecto, serás una gran aportación a un momento de vital importancia para la familia, y te estaremos agradecidas de por vida.
Experiencia previa no tenemos. Es nuestro primer parto en casa. Hemos estudiado mucho, leído, observado y canalizado que no es un paso fácil y que además conlleva asumir riesgos, pero estamos preparadas. Sabemos que valdrá la pena.
Contamos con el expertísimo equipo de La Flor de la Vida y sobretodo con tu apoyo financiero.
Gracias.
bibliografías interesantes sobre el tema:
Pariremos con Placer, de Casilda Rodrigáñez.
Parir, de Ibone Olza.
Oxitocina, de Kerstin Uvnas Moberg.
Mi embarazo y mi parto son míos, de Marta Busquets.
Nacimiento y la evolución del homo sapiens, de Michel Odent.