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Reconocimiento público en el Informe elaborado y en nuestra web por el apoyo recibido
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Una campaña en la que dar y recibir. Una campaña para compartir.
14 | 11 | 2016
Llevamos ya dos semanas de campaña y poco a poco pasamos del apoyo de nuestro círculo cercano y más militante al encuentro de nuevas personas que quieren sumarse y apoyar nuestro proyecto. ¡Muchas gracias! Sólo abriendo horizontes y perspectivas podremos llegar hasta el final de este proyecto. Pero queremos que esto no sea sólo una campaña de pedir, pedir y pedir, sino más bien basada en el compartir. Necesitamos dinero, sí, para poner esto en marcha, y apoyos concretos de profesionales del mundo del derecho, la fotografía, voluntarios/as para ayudar en actividades con niños y niñas, para tareas de difusión, etc. Pero también queremos compartir lo que podemos, lo que hemos venido haciendo en este proyecto que arranca ya hace algunos años, como por ejemplo las camisetas de la Asamblea Vivienda Digna para Todas las Personas, que damos con apoyos a partir de 15 €, o el libro del Cruce de Saberes y Praćticas, clave para descubrir cómo trabajar procesos de reflexión y diálogo con personas en exclusión (dos tomos, a partir de 75 €).
Pero lo más importante para nosotros es el encuentro con otras personas y colectivos. La semana pasada, por ejemplo, nos invitaron a presentar el proyecto en un grupo en el que pudimos profundizar en los orígenes y claves del proyecto, y con el que además tendremos la oportunidad de seguir en diálogo porque con el aporte que han hecho han pedido como retorno que les organicemos un taller sobre metodologías y prácticas de trabajo con colectivos en exclusión severa. Como ves, los retornos posibles son muchos y variados, aparte del informe final que recogerá todo el trabajo realizado y que se difundirá de manera libre y extensa.
Y es que queremos que la voz de quienes viven en condiciones más difíciles se oiga a lo largo y ancho del mundo. Voces como la de Juan, que en un artículo publicado hace unos meses el diario.es reflexionaba así:
"Muchas familias, estando en una situación muy difícil, descubrimos cómo el proceso de solicitar una vivienda pública está hecho de tal manera que, cuanta más necesidad tienes de ella, más obstáculos encuentras para poder cumplir con todos los requisitos que te ponen. En determinadas situaciones es prácticamente imposible.
Mientras tanto la necesidad de vivienda, para muchas personas, es una urgencia con carácter casi inmediato. Se trata de un derecho tan básico y tan importante en la vida de todas las personas que debería ser algo prioritario de lo que se responsabilizaran nuestras gobernantes y mandatarios. Necesitamos ya una política de vivienda funcional que dé solución a tantas y tantas familias que nos encontramos en desamparo al no tener un hogar, completamente excluidas de la intimidad, la seguridad y la vida en familia que facilita una vivienda digna. La situación de estas familias no debe continuar invisibilizada.
Sin embargo, en los últimos meses, en vez de desarrollar una ley efectiva para que no haya, de una vez por todas, nadie sin hogar, se están desarrollando leyes que endurecen las medidas contra la ocupación, la única salida que encuentran muchas personas en la situación actual.
Hay que garantizar el acceso a la vivienda y dejar de perseguir las alternativas que encontramos quienes estamos en situación más difícil.
Pero para que una política de vivienda sea realidad en todos los aspectos y en todos los ámbitos, no basta con eso. Hay hay que garantizar que las condiciones de acceso sean adecuadas. Hay cuatro que son especialmente importantes:
- Tiene que ser accesible en función de los ingresos de los que se disponga, incluyendo gastos de comunidad, luz, agua, etc.
- Tiene que ser una opción a largo plazo, al menos 10 años, para que, mientras, puedas tener tiempo de cambiar de verdad tu situación. Si te dan sólo dos años, como se plantea en las viviendas de emergencia, te los pasas buscando a ver dónde te vas a meter cuando pase este tiempo: no te da tiempo a otra cosa, con las dificultades que hay hoy en día.
- Tiene que haber condiciones que aseguren el respeto de todas las familias. No se deben formar guettos con sólo un tipo de familias, pero tampoco permitir la discriminación y el racismo entre diferentes culturas.
- Para ello, las instituciones responsables de la vivienda pública deberían contar con mediadores a las diferentes culturas presentes en los barrios, que sean reconocidos por las familias como tales, en vez de educadores que vienen a controlar e imponer un determinado modelo de comportamiento."
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