La justicia tiene un precio.
En estos tiempos de crisis, provocada o no (eso ya es otro debate), se han perdido muchos derechos. Y entre algunos, el derecho consolidado años atrás de no distinguir entre profesores de primera y de segunda. Como medida extraordinaria se nos vendió desde la administración que para poder hacer frente a los pagos, los profesores interinos ya no cobrarían su sueldo normal los meses de verano. Sin embargo esa medida ha perdurado a pesar de anunciar a bombo y platillo que la recuperación y el crecimiento económico ha llegado. Las leyes europeas sobre los derechos del trabajador consideran ilegal este tratamiento y máxime cuando es sabido que el mismo día que somos cesados, allá por Julio, firmamos un contrato anual telemático para el próximo curso docente. Este sin sentido tiene un corto recorrido, llegar al tribunal constitucional, y que devuelva la cordura a este atropello laboral. Y lamentablemente hoy día sin dinero no podemos llegar a esa meta, porque sin dinero y paciencia hoy ya no hay justicia.
POR LA RECUPERACIÓN DE DERECHOS
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