La revolución de la raíz

Hemos presenciado 5 clases de una escuela estatal, la cual recibe a estudiantes de magisterio para realizar sus prácticas.

Nos han permitido estar en las clases con los niños pero no nos han dejado grabar, y hemos estado intentando convencer a los profesores para entrevistarlos, pero tenían demasiado trabajo, y tres profesoras nos han dicho que mañana pueden hacernos un hueco para posiblemente entrevistarlas.

Hemos notado un montón de diferencias en comparación a la escuela española:

• Van descalzos por las clases (pues en las clases es costumbre quitarse los zapatos, y así se sienten como en casa)

• Tienen mucha más confianza entre ellos y con los profesores, pues no tienen miedo a equivocarse: participan prácticamente todos sin vergüenza, pues hay menos alumnos en cada clase.(Un máximo de 20)

• Cuando tienen que hacer tareas, se sientan muy separados unos de otros para concentrarse sin distracciones, y el profesor va pasando por cada asiento y revisando a cada niño, se sienta con cada uno y les ayuda.

• Les dotan de libertad de elección para que asuman responsabilidades desde pequeños, pues les ofrece muchos temas sobre los que investigar, para que elijan uno (lo cual también fomenta la curiosidad y el afán de conocimiento autodidacta, lo cual se refleja por ejemplo en la clase de historia, donde niños de 10 años saben un montón sobre los romanos, los vikingos...,cuando este tipo de conocimiento y este tipo de elecciones y investigaciones solo se realizan en España en la universidad.

• Los niños fineses son mucho más calmados y pacíficos, no gritan, ni pegan a los demás quizá porque los profesores hablan con mucha tranquilidad y paciencia constantemente, nunca alzan la voz ni se irritan, todo lo contrario, a nosotros nos costaba entender las voces en inglés a pesar de estar a dos metros del profesor por lo bajo que hablaba.

• Además, en Finlandia está prohibido pegar a los niños, y cualquier otro tipo de violencia que se les asemeje.

• En la primera clase que estuvimos, los niños de 7 años estuvieron aprendiendo matemáticas en inglés, sentados en el suelo en círculo con la profesora, y era sorprendente observar la rapidez con que razonaban las cuentas y lo bien que pronuncian el inglés.

• Además, la profesora no se muestra en ningun momento como autoridad, ni siquiera tiene mesa ni silla: suele estar de pie cuando explica algo o sentada con los niños en el suelo o en sus mismas sillas, como si fuera una compañera más.

• En otra clase, esta vez de lengua finesa, los niños se sentaban en grupitos, en mesas circulares de 3 o 4 niños cada una, para favorecer los vínculos y el trabajo de grupo, en vez de sentarse cada uno solo.

• Como estamos en Vaasa (donde una parte de la población habla en sueco), algunas clases se dan en sueco, como la de conocimiento del medio, en la cual los niños tenían que hacer un crucigrama: a partir de una palabra larga tenían que deducir dónde colocar el resto, lo cual mejora la inteligencia espacial.

• Las clases duran media hora cada una, por lo que a los niños no les da tiempo de aburrirse, y solo hay 5 clases al día.

• A las 11 comen en el comedor (totalmente gratis para niños y profesores), donde se sirve la comida en buffet y es la misma tanto para los profesores como para los niños, y los profesores se mezclan en las mesas con los niños, esto les sirve por ejemplo para recomendarles cómo comer y qué comer. Además, es posible comer comida vegetariana (muchos niños lo hacen si sus padres son vegetarianos), para lo cual debes avisar a los cocineros de que los eres, aunque por poder, podrías cogerla sin avisar, pues esta al lado del buffet. Nos explicaron que comían tan temprano para regular mejor la subida y bajada del azúcar para facilitar así la atención de los niños.

• En las clases tiene un grifo para beber siempre que quieran, y tienen libertad para ir al baño cuando lo necesiten sin necesidad de tener que pedir permiso.

• En la clase de conocimiento, después de realizar un ejercicio de lectura en voz alta, leyeron una parte relacionada con el yoga y entonces la profesora se sentó en una de las mesas de los niños con las piernas cruzadas y los niños se sentaron en el suelo y practicaron "yoga".

• Se ve que los niños son mucho más participativos porque les gusta participar, porque realmente están interesados en lo que estudian, pues hicimos algunas preguntas a dos niñas de 7 años que saben español, y nos dijeron que para ellas las clases, aunque no jueguen a los juegos convencionales, son divertidas, pues siempre están cambiando de actividad y hacen cosas interesantes.

• Los profesores mantienen mucho contacto con los padres, pues pactan con los padres que revisen que sus hijos hacen la tarea que les toca, aparte de que no les envían muchos deberes para que puedan tener tiempo libre.

• Los padres saben de antemano todo lo que sus hijos hacen en el colegio, y si un niño tiene un problema con un compañero la profesora no llama a sus padres, sino que es el niño es el tienen que llamar y contar lo que hizo, en presencia de la profesora, para que tanto los padres como el profesor tengan la misma versión y el niño sea más consciente del mal que hizo.

• Pero los niños no suelen tener muchos problemas entre ellos. Si un niño no trae sus tareas hechas al día siguiente, o hace cualquier otra cosa mal, los profesores no le dejan en ridículo delante de toda la clase, sino que hablan con él en privado sin que se enteren sus compañeros.

• Es curioso que las propias niñas nos dijeran que les gusta aprender y que todos los de su clase suelen hacer siempre las tareas. A veces nos daba la sensación de que esos niños tienen más conocimientos que nosotros, pues en algunas clases hablaron sobre cosas que nunca nadie nos ha enseñado.

• Los niños desde los 7 años podían decidir ser llevador por la escuela, ir en bici con total libertad o bien que sus padres les recogieran (Una gran minoría)

• Un profesor con el que comimos y que además nos permitió permanecer en dos de sus clases, nos dijo que él ve bien que los niños empiecen tan tarde, pues cuando son más pequeños se cansan antes y se aburren si están media hora haciendo lo mismo, y que así, los niños pueden pasar más tiempo siendo niños.